¡Ojo con las uñas!
Lo más lógico y normal es que estés nervioso/a o simplemente te aburras mucho y te líes con esas uñas que has conseguido que estén medio largas. Sí, adiós uñas. Empiezas a mordértelas como si te fuera la vida en ello, pero no te das cuenta en qué te afecta eso de verdad.
Al morderlas, se dañan tus dientes y encías y las uñas se agrietan. Eso por no decirte de que queda antiestético y que no es la mejor ayuda en una entrevista de trabajo... ¡Pensarás que eres muy nervioso/a y no podrás afrontar los problemas que te surjan!
¿Una solución? ¡O las que quieras! Píntatelas de un color que te guste. Con una buena manicura recién hecha te apetecerá menos mordértelas para no estropearla. También puedes optar por endurecedores que den un mal sabor a la uña y así no te apetecerá saborearlo. ¿Algo radical? Infórmate de toda la clase de bichitos diminutos que pululan por nuestras manos y que, por culpa de mordernos las uñas y chuparlas, entrarán en nuestro cuerpo ;D
¡Por soluciones que no haya problema!
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